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¿Cuál es el correcto mantenimiento de nuestros esquís?

Aquí podrás anotar algunos consejos que desde SocialSkí te damos para el correcto mantenimiento de nuestros esquís.

Como en cualquier otro deporte y/o actividad es muy importante hacer un buen uso y conservación del material. Por eso desde SocialSki queremos darte algunos consejos para el correcto mantenimiento de nuestros esquís, tanto si alquilas el material o son tuyos. ¿Sabes cómo? Sigue leyendo.

Después de deslizarte todo el día en las pistas, puede poner a prueba hasta el mejor material que puedas adquirir. Por eso es importante cuidar adecuadamente los esquís, tanto durante la actividad, a posteriori y después de la temporada.

También hay que prestar atención al almacenamiento correcto después de meses en desuso. De este modo, los esquís se mantienen en buen estado y puedes volver a utilizarlos perfectamente el año que viene.  Para poder mantener los esquís adecuadamente, hay algunos pasos que debes seguir. Vamos a comenzar por la limpieza, pasando por el afilado y el encerado, hasta la prevención del óxido y el almacenamiento adecuado de los esquís.

Pero… ¿sabemos de qué están hechos los esquís? Para cuidar bien los esquís (o cualquier otro material), es imprescindible saber de qué están hechos. Conocer los materiales de lo que se construyen nuestros esquís, nos ayudarán a conservarlos mejor.

Un esquí se compone de una espátula, una almohadilla y una cola.

  • La espátula es la parte delantera del esquí que impide que se hunda en la nieve (a mayor ancho, mejor entrada en curva)
  • El patín es la parte más fina del esquí, se encuentra en el centro y debajo de la bota establece la dirección del esquí en función de su anchura. Cuanto más estrecho, más facilita el uso de la pista mediante el cambio de cantos y si son más anchos, mayor estabilidad y manejo.
  • La cola, parte trasera del esquí, atañe la salida del giro en función de su rigidez. Cuanto más estrecho, mejores condiciones para el derrapaje. Cuanto más ancha, mayor manejo en la curva.

Los dos elementos que hay que conocer y mantener con frecuencia son la suela y los bordes.  
–        La suela de los esquís, que está en contacto directo con la nieve y esta principalmente hecha de polietileno, se debe encerar regularmente. Con esta acción conseguiremos que mejore el agarre a la nieve de los esquís y, por tanto, también el deslizamiento.
–        Los cantos metálicos del esquí se encuentran ubicados en los laterales del esquí. La función de los bordes es favorecer el agarre a la nieve para mejorar el movimiento en los giros.

Una vez que conocemos las partes de nuestros esquís, es el momento de cuidarla como se merece, así prolongaremos la durabilidad de nuestro material para disfrutarlo mucho tiempo en las pistas y no poner en riesgo nuestra vida. Evita los sustos inesperados y disfruta haciendo siempre un uso responsable. Con tan solo 4 simples pasos podrás cuidar de tu material y tenerlo siempre a punto para disfrutarlo.

               1. LIMPIAR LOS ESQUÍS

Después de su uso, debes cuidar y limpiar tus esquís. En realidad, bastaría con secar los esquís después del deslizamiento, pero los esquís deben colocarse de forma que los residuos (nieve, agua, tierra…) puedan escurrirse. Si la suciedad persistente o permanece en ellos un tiempo excesivo después de su uso, es necesario cuidar los esquís más a fondo.

               2. AFINAR LOS BORDES

Para velar bien nuestros esquís, también es necesario afilarlos. Por ello, debes afilar los bordes con el equipo adecuado al principio de la temporada o al finalizar de la misma.

Es necesario comprobar si están afilados los bordes, bastará con pasar la uña por los mismos. Si la uña no se raya, los bordes están adecuadamente afilados.

Para afilar los bordes es preciso que utilices el equipo necesario. Este proceso debe de realizarse con especial cuidado, por lo que puedes comprarlo en una tienda especializada o, por el contrario, existen talleres específicos donde realizan este cuidado muy cerca de las pistas donde te aconsejamos que lleves tu material a reparar.

Si conoces el mantenimiento y prefieres realizar el afilado del esquí, este debe hacerse en un ángulo de entre 85 y 90 ° dependiendo del tipo de esquí. El ángulo adecuado se puede averiguar normalmente a través del fabricante. Recuerda que es un material delicado y precisa de conocimientos previos, asegúrate de conocer el proceso y el material que necesitas usar para ello.  ¡Vamos allá! Prepara guantes de trabajo, lima, cuchilla cuadrada pequeña, escuadra y cepillo.

Para mantener y afilar correctamente los esquís, debes colocar los esquís en posición horizontal sobre los tornillos de banco (mesa de trabajo con agarre). Las dos fijaciones de los esquís deben estar levantadas para que apunten hacia ti. Ahora usa una cuchilla cuadrada pequeña para limar las guías a ras del borde. Coloca la lima con la escuadra contra el borde. Luego, tira de él a lo largo de los corredores.

A continuación, puedes limpiar las guías con un cepillo. El exceso de limaduras de hierro puede eliminarse fácilmente y la suela queda protegida de los cráteres. Con nieve artificial o helada, habitualmente es aconsejable afilar los bordes todos los días. Con nieve fresca, hazlo cada cuatro o cinco días.

               3. ENCERAR LOS ESQUÍS

Una vez afilados los cantos, el siguiente paso es encerar la suela de los esquís. En primer lugar, limpia la suela de nuevo con el cepillo duro o con ayuda de una rasqueta.  De este modo, eliminaremos los residuos del encerado anterior y la suciedad que se ha acumulado al esquiar. Al igual que en el apartado anterior, si no dispones de los recursos necesarios puedes contar con los talleres de arreglo de material que podrás encontrar en cualquier estación.

Si te animas a realizar el encerado, calienta la plancha de cera a la temperatura adecuada que suele indicarse en el embalaje de la pieza de cera. Con la plancha de encerado puedes ahora fundir el trozo de cera y distribuirlo en la parte inferior de los esquís.

Una vez aplicada la cera al esquí, puedes deslizar la plancha de encerado sobre la base en una dirección. Lo mejor es empezar por la punta e ir avanzando poco a poco. Es importante no mantener la plancha de cera en un lugar durante mucho tiempo para no quemar la suela.

Posteriormente hay que dejar secar la cera sobre el esquí durante al menos una hora.  Una vez que la cera se haya secado, coge la escobilla de goma y tira de ella a lo largo de la cola con presión, también se puede hacer con la rasqueta realizando movimientos continuos y suaves a lo largo de la tabla hasta observar una homogeneidad en el reparto de cera por la base de la tabla. De este modo, podrás eliminar el exceso de cera con la escobilla de goma. A continuación, vuelve a cepillar la suela en una dirección con el cepillo duro. De este modo, podrás eliminar los últimos residuos de la superficie.

               4. EVITAR LA OXIDACIÓN

Al tratarse de una actividad de nieve, nuestro peor aliado es el agua ya que puede crear el temido óxido que puede producirse en los cantos y las fijaciones de los esquís si se cuidan mal.

Para evitar este mal trago, se recomienda lubricar los esquís utilizando un producto adecuado anti oxidación, formando una capa protectora que repele la humedad y, de este modo, evita la aparición de óxido o deterioro.

Para ello, basta con pulverizar el producto sobre una zona amplia y eliminar el exceso con un paño limpio.

Si quieres seguir aprendiendo no te pierdas nuestros próximos artículos.

Y recuerda que puedes adquirir tu material en SocialSki.es

¡Toma nota y cuida tu equipo!

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